Este 1 de marzo es el “Día de la Inclusión Social y la No Discriminación”, y pese a que desde abril de 2019, las empresas que cuentan con más de 100 trabajadores tienen que cumplir con la Ley Nº 21.015, que establece que las organizaciones públicas y privadas deben contratar al menos un 1% de personas con discapacidad, hay mucho por avanzar aún.
“Estos avances legales son positivos, pero insuficientes para lograr el cambio necesario”, señala Reynaldo Herrera, gerente de planificación y personas de Kyklos, empresa B que desde hace 10 años desarrolla el reciclaje inclusivo. “En 2022 comenzamos un nuevo desafío de triple impacto: diseñar un servicio para apoyar a empresas a cumplir sus metas de inclusión laboral. Por medio de un servicio de recolección, segregación y reutilización de residuos reciclables, buscamos contribuir con la inclusión de personas con discapacidad cognitiva, entregando herramientas de educación ambiental y economía circular” afirma Herrera con orgullo, porque al parecer la tarea no ha resultado fácil para las organizaciones, que muchas veces no encuentran los caminos para dar cumplimiento a la ley.
En Kyklos, lo que partió como un deseo innato de generar trabajo para apoyar diferentes talentos, lentamente se ha transformado en un proyecto que cada día cobra más fuerza y en línea con las exigencias legislativas del país, que desde noviembre de 2022 obliga además, a contar con un Gestor de Inclusión. “Por ejemplo, junto a Komatsu Reman Center llevamos meses desarrollando el reciclaje inclusivo, reduciendo la emisión de residuos destinados a biomasa a través de la recuperación de pallets en desuso”, detalla el ejecutivo que lidera el Centro Inclusivo de Reciclaje (CIR) de Kyklos.

En Komatsu Reman, desde hace más de 6 meses, un equipo de 5 especialistas en valorización del CIR, asisten 3 veces a la semana a un taller especialmente desarrollado en sus instalaciones de Pudahuel. En el taller se ha instalado un área de acopio de material donde se reúnen todos los pallets recolectados en las distintas áreas de la empresa, los que son analizados y desarmados para luego seleccionar el material que puede ser recuperado y rearmado para convertirlos en nuevos pallets. Así lo que antes eran residuos, se transforman en recursos que se vuelven a usar en la operación de la empresa; aportando a la economía circular y reduciendo su huella de carbono.

En el inicio de este innovador piloto se estableció como objetivo lograr armar 16 pallets en una jornada y el equipo del CIR logró superar la meta al segundo día de desempeño, alcanzando un promedio de 25 pallets diarios, superando las expectativas y demostrando las capacidades adquiridas y la sostenibilidad del proyecto. La iniciativa contempla además, la definición de un perfil de trabajador con discapacidad cognitiva, para que Komatsu pueda conformar su propio equipo de personas con discapacidad, haciendo que ésta sea sostenible en el tiempo. “Por eso, actualmente estamos desarrollando un proceso de selección y reclutamiento inclusivo, a lo que sigue la fase de entrenamiento y acompañamiento a los nuevos trabajadores, para dejar capacidades instaladas en el equipo de Komatsu” agrega Reynaldo Herrera, quien no esconde su entusiasmo al mencionar: “desde Kyklos estamos orgullosos de esta alianza con Komatsu que nos permite compartir prácticas de diversidad e inclusión (D&I) y acelerar el camino hacia una cultura más inclusiva”.