Punto Verde Kyklos. Educación Ambiental al alero de un Punto Verde.

En 2018, más de 100 establecimientos chilenos decidieron ponerse a prueba y participar en un interescolar ecológico. Basureros diferenciados en cada clase y puntos verdes abiertos a los vecinos son algunas prácticas que implementaron y que otros pueden replicar.

Escrito por M. Cordano, Educación, El Mercurio.

Como una forma de llamar la atención del daño que el hombre provoca al planeta y desarrollar acciones para revertir el cambio climático, desde 1975 y a fines de enero se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental. Fue ese año que Naciones Unidas celebró en Belgrado un seminario sobre cuidado de medio ambiente. Su más reciente conmemoración ocurrió el fin de semana que acaba de pasar.

«La educación ambiental está muy asociada a lo que es la convivencia. A la relación con el entorno, a cómo los niños se sienten cómodos dentro de su espacio físico», comenta el fundador de Kyklos, Sebastián Herceg.

Esta empresa B implementa programas de educación ambiental en establecimientos escolares del país. Funciona en seis regiones y también es la entidad detrás del Interescolar Ambiental, una actividad que durante todo el año invita a colegios a superar una serie de desafíos para lograr ser proclamado como el establecimiento más verde de Chile.

En la versión 2018 participaron 109 instituciones, las que en conjunto evitaron que 108.496 kilos de residuos no fueran a parar a vertederos, basurales o terminaran contaminando las calles.

«En nuestro colegio se eligieron dos agentes de cambio por curso -desde enseñanza básica a media- y una vez al mes nos juntábamos todos a pensar ideas para hacer. Nuestra prioridad fue crear actividades para los más chicos, porque el cambio de mentalidad tiene que venir desde temprano», comenta Martín Ríos, estudiante de 3° medio del Colegio La Cruz de Machalí, establecimiento que obtuvo el cuarto lugar de la competencia. Poner basureros diferenciados dentro de cada clase y enseñarles a los de prebásica a distinguir dónde debía parar cada desecho les ayudó a destacar, cree Martín.


Premiando la acción

El primer lugar del interescolar 2018 lo obtuvo la Escuela Juana de Lestonnac de Renca, mientras el segundo y tercer puesto fueron para el Centro de Capacitación Laboral de Valparaíso y el Colegio San Esteban Diácono de Vitacura.

«Lo que se premia es la acción ambiental, que se estén haciendo cosas. Y como en cualquier otro interescolar, lo que hacemos es separar por categorías. Por ejemplo, en la categoría de reciclaje medimos que los colegios separen residuos y los pongan en el punto limpio Kyklos, o cualquier otro que tengan y nos puedan verificar. Eso genera puntos por cantidad per capita . Así, un colegio de mil alumnos compite de la misma forma con uno que tiene 60», dice Herceg.

«En el establecimiento tenemos un punto verde donde toda la comunidad va a depositar diferentes artículos que reciclamos. En ese punto verde, que constantemente se monitorea para ver si está ordenado, limpio y bien clasificado, se depositan botellas PET 1, tapas plásticas, Tetra Pak, papel blanco, latas de aluminio y cartones», cuenta Michel Salles, profesor del Centro de Capacitación Laboral de Valparaíso, establecimiento que enseña a jóvenes con discapacidad intelectual.

«Al punto verde viene toda la comunidad, entre ellos padres y apoderados, pero también vecinos. Nosotros con nuestros alumnos Agentes de Cambio además vamos todos los días jueves a cuatro hostales con los que tenemos convenio; les sacamos los residuos que ahí se juntan. Hacemos lo mismo con un edificio de 50 departamentos».

Participar en hitos como el día sin auto, o desafíos como tener que describir el medio ambiente en 100 palabras, también suma puntos.

En el caso del Liceo Alfredo Nazar Feres de Valparaíso, que obtuvo el sexto lugar a nivel nacional, participar en actividades como abrazar un árbol o fomentar la limpieza de las playas, los ayudó a ir subiendo en la tabla de posiciones. «También hemos aprendido cómo la contaminación afecta no solo a nosotros, sino a los animales del mar. Nos mostraron las especies de la región que están en peligro de extinción. Nos llevaron incluso a un humedal para que conociéramos mejor», cuenta Ana Fuentes, quien pasó a 3° medio en este colegio de la Quinta Región. «También hemos hecho actividades de limpiar el jardín y plantar más verde».


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