La generación de residuos se percibe como uno de los principales problemas en la actualidad. La basura aumenta y la valorización es de apenas un 0,9% según cifras del último Reporte del Estado del Medio Ambiente (REMA). De esa cantidad que se valoriza, sólo un 3,11% va a compostaje y un 0,50% a lombricultura. 

Según el informe de la Estrategia de Residuos Orgánicos, alrededor del 58% de lo que generamos en nuestras casas corresponde a material orgánico que podríamos recuperar, y solo valorizamos esa mínima cifra. La mayoría de este material (mal llamado residuo), termina en vertederos o rellenos sanitarios, donde al descomponerse sin oxígeno generan gas metano, gas que impacta 50 veces más que el carbono en su contribución al cambio climático.  

Además de esto, cerca del 90% del contenido de la materia orgánica es agua. Es decir, estamos transportando agua desde nuestras casas a los rellenos sanitarios. Esto es un despropósito total en dos ámbitos: el no aprovechamiento de un recurso valioso y el costo que significa transportar toneladas de agua desde nuestras casas a los rellenos.

A pesar de la importancia de hacernos cargo del material orgánico, las normativas actuales no fomentan la recuperación de este tipo de desechos. Incluso, en los marcos regulatorios actuales como los reglamentos aplicables o la normativa sanitaria, no se especifica qué corresponde a un residuo orgánico, lo que se traduce en una exigencia excesiva de autorizaciones sanitarias, a veces por sobre las ambientales. Esto genera enormes dificultades legales y trabas al intentar desarrollar proyectos en esta línea lo que imposibilita la recuperación de tan preciado material, en cambio continuamos enviando toneladas y toneladas de agua a los rellenos sanitarios. 

Es urgente que la normativa actual se actualice y permita promover y apoyar las iniciativas que apuntan a la recuperación de residuos orgánicos, iniciativas que se mencionan en la Estrategia Nacional de Residuos Orgánicos que busca un aumento significativo de la tasa de valorización de estos, y que para lograr una alta eficiencia debe gestionarse a nivel local.

Avanzar con los orgánicos es fundamental, de lograrlo, no solo habremos recorrido la mitad del camino para terminar con la basura, sino que además, “limpiaremos” la basura que se contamina de este tipo de desechos, facilitando de paso la recuperación de envases y embalajes y aumentando las tasas de reciclaje en nuestro país.

jpero

Javier Peró
Director de estudios Kyklos

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