A mediados de 2019, con bidones de 20 litros que se montaron en la camioneta de uno de sus fundadores nació Refil, una empresa que partió con el sueño de disminuir los envases de productos de limpieza que eran descartados o considerados de un solo uso, para fomentar su reutilización. “Nos movió la convicción de que necesitamos avanzar hacia una forma de consumo más sostenible, que permitiera un mejor futuro para las próximas generaciones”, señala Antonio Irarrázabal CEO de Refil.

El modelo de negocio, que partió como un sistema de recarga, para casas ubicadas en algunas comunas de Santiago, ha ido evolucionando para transformarse en un servicio especializado de venta a granel y reutilización de envases que llegan directo a las organizaciones como colegios, jardines, cafeterías, restaurantes y empresas. “Nos importa que esta transformación sea una solución simple, cómoda y efectiva” señala Antonio, quien ha visto crecer la demanda de sus clientes debido al plus que considera su servicio: la trazabilidad que entregan. “Nuestros principales impactos son ambientales, trazamos todo lo que hacemos. A la fecha hemos evitado la producción de más de 58 mil envases, 410 mil litros de agua y evitado la generación de 43.3 toneladas de CO2”.

Todo a través de la reutilización de envases, privilegiando además el consumo de papeles y plásticos reciclados, entre otras medidas, como la que evalúan de “incorporar un sello, certificado por un tercero imparcial, de la contribución ambiental que generan nuestros clientes”, agrega el CEO.

Crear una forma de consumo sostenible, apuntando al triple impacto (económico, social y medioambiental), es lo que buscan muchas empresas grandes y pequeñas hoy, por ello el propósito es clave a la hora de alinearse con las metas económicas, lo que claramente no es una tarea fácil; “somos una empresa consciente que debe generar ingresos para mantener su impacto en el tiempo, de esta manera maximizar la contribución ambiental que realizamos a través de la reutilización de envases y venta de productos con sellos diferenciadores, pero que además mantenga buenas condiciones para nuestros trabajadores, clientes y proveedores. Este triple impacto es algo que nos apasiona, porque no sólo piensa en el hoy, sino también en las generaciones futuras, te entrega desafíos a corto y largo plazo a la vez”.
Las metas son una condición clave para sostener el crecimiento que para Refil en un año les permitió consolidarse en el sector empresas dando un pequeño giro a lo que venían desarrollando. “Entre enero de 2022 y enero de 2023 nos multiplicamos por 8. Nuestro principal foco ahora son las empresas, que nos han sorprendido por su nivel de compromiso para cumplir los objetivos OCDE. Vemos que hay grandes compromisos de cambio, al entregar una propuesta de valor que incluye la total trazabilidad de la contribución ambiental que generamos en conjunto y que ellos reportan en sus reportes de sostenibilidad”.

Para Antonio Irarrazaval, el crecimiento ha sido de las tareas más difíciles que les ha tocado enfrentar en la corta pero fructífera vida de Refil, “porque no es solo concretar las ventas, sino también adaptar un proceso logístico que te permita absorber de manera orgánica ese crecimiento. Todo tiene calzar, desde la publicidad, la entrada del pedido, el stock de productos, el ruteo y la entrega final del producto”. Sin embargo su deseo es nuevamente ir por los mismos números del año anterior y a futuro sueñan con ver a Refil cruzando las fronteras, “esperamos que muy pronto estemos en todo Chile y que luego sigamos por la región”. Un sueño que permitiría seguir recargando el mundo de la limpieza y la higiene, y ayudando a dar trazabilidad el desarrollo sostenible de muchas empresas.

Comparte este artículo

Síguenos en nuestras redes

Contáctanos

Mándanos un mensaje y te responderemos a la brevedad.